Seguimos con el baúl de los recuerdos

A algunos de mis amigos lectores les ha gustado que hable del baúl de los recuerdos. Y lo cierto es que el baúl da para mucho. He encontrado cosas curiosas: postales antiguas, mapas, documentos, etc. Pues bueno, como les ha gustado sigo hablando de ello.

Hoy les contaré tres cosas. La primera. Por recomendación de mi amigo Jaime he estado curioseando en la página web de la Isla de Ellis, ese islote en el puerto de Nueva York donde eran llevados los inmigrantes y que hacía a la vez de aduana y centro de cuarentena. Pues bien, en su página web se puede buscar en los registros para saber cuándo y cómo llegó cada quien a los EE.UU. Por supuesto he buscado y he encontrado! Y como siempre la vida te da sorpresas. En el mismo barco en el que se fue uno de mis antepasados, el Manchuria, viajaban otras 18 personas de su mismo municipio del interior de la provincia de Lugo. Un municipio que entonces tenía según el INE 4.583 habitantes y que hoy cuenta con unos 1.800. Si tenemos en cuenta la cantidad de buques que cada mes salían de los puertos de A Coruña y Vigo (dos de mis antepasados llegaron con apenas tres meses de diferencia a EE.UU. , uno procedente de A Coruña y otro de Vigo) podemos hacernos una idea de la cantidad de hijos que Galicia dejó en EE.UU. Esto no es nada nuevo pero vistas las cifras parece que impacta más.

La segunda. Repasando la lista de pasajeros de los barcos se ven algunos municipios que se repiten. En los registros que he consultado, la zona de Sada (Lorbé, Meirás, Sada, Cortinan, Oleiros...) se lleva la palma, sin duda. Esto tanto en los barcos que partían de A Coruña como en los que lo hacían desde Vigo. Son también notorios los contingentes salidos de la zona de la costa de la Muerte y de la zona sur de la provincia de Lugo (Monforte, Bóveda, Brollón, Saviñao...) , lo cual es especialmente notorio dado lo alejada que se encontraba esta zona de los puertos. Claro que la apertura de la estación de ferrocarril en Monforte de Lemos en la década de 1880 supongo que facilitaría el traslado desde esta zona a los puertos. Es curioso también como se reflejan los topónimos en los registros. Aparte de los esperables bailes de bs por vs, zs por cs y viceversa, hay otros que hacen sonreir. Abegonda, Abejondo y Abeyondo parecen hacer referencia al actual Abegondo. Cuy debe referirse a Tui ; Conne, intuyo que puede ser Corme; Yncio debe ser Incio, Antes supongo que se refiere a Antas de Ulla ; y Lotelo de Montes será el actual Soutelo de Montes.

Tercera y ya nos salimos de los registros de la Isla de Ellis. He encontrado también documentos bancarios. Entre ellos una carta de 1923 en la que el entonces Banco Hispanoamericano daba cuenta de la apertura de un depósito a plazo. y en el que amablemente explica "por no tener implantado nuestro banco el servcio de Caja de Ahorros, no le enviamos libreta". Me ha hecho sonreir. En los últimos tiempso hemos visto numerosos debates acerca de la naturaleza de bancos y cajas. Resulta que antaño lo que hoy son las cajas se consideraba una clase de servicio bancario y que las cartillas de toda la vida eran el distintiv0. Sigue además diciendo que "para justificar la posesión de los fondo serán suficientes comprobantes las cartas que le dirijamos conteniendo el abono del producto". Cartas enviadas por correo ordinario a direcciones a milesde kilómetros de distancia y que podían variar en el tiempo. Y el sistema funcionaba! Si hoy tuviésemos que recurrir a estos métodos para acreditar nuestra titularidad, probablemente nos resultaría imposible.Quizá porque pensamos que todo es duplicable, reproducible, fotocopiable o "downloable" no nos preocupamos por conservar lo esencial. ¿Será que nos inundan los datos y los papeles y por ello no podemos prestarles atención, identificar, seleccionar y guardar los importantes?

Dije tres, y hay cuatro. Si les interesa conocer cómo era Galicia en esa época, pueden echar un ojo al libro de Ruth Matilda Anderson, "Pontevedra and La Coruña, Gallegan Provinces of Spain" o pasarse por la exposición de fotografías que la autora tomó en los años 20 y que estos días se exponen en Lugo. Merece la pena y, si no recuerdo mal, estará en la ciudad de las Murallas hasta el día 13.

Por hoy, nada más