Hace muchos días que no escribo. Demasiados. Tengo que retomar los buenos hábitos, pero es que el panorama económico resulta deprimente en muchas ocasiones. Y, qué quieren que les diga, para hablar de lo que nos da alegrías, el deporte, considero que existen otra spersonas más cualificadas que yo!
Si hace días les hablaba de islas artificiales en las que un grupo de visionarios querían hacer realidad su utopía y permitir a cada uno elegir al forma de gobierno, hoy les hablaré de otra isla, también artificial pero menos utópica.
¿Sabían Ustedes que en el Pacífico Norte se ha formado una gigantesca isla con los desechos que las corrientes marinas van amontonando en la zona? Esta isla es abundante en plásticos y otros desechos y no es fácilmente detectable ni por radares ni por satélites, de ahí que no se pueda determinar con precisión su tamaño. Pero... todo apunta a que es gigantesca: entre 3 y 7 veces el tamaño de España. ¿Se imaginan? Algo así como media Europa a base de desechos, en definitiva porquería. Si quieren más información, wikipedia, puede resultarles útil y si prefieren verlo en youtube, también les dejo el enlace.
Parece ser que la Isla ha dado lugar ya a un hábitat especial en el que diversas especies marinas han encontrado acomodo. Lo que nadie tiene claro es cómo solucionar este problema de la porquería creciente que se nos ha instalado en las costas del Pacífico y que, según los expertos se estaría replicando en otros lugares como las costas del Atlántico Norte.
Puede ser que al crisis venga en nuestra ayuda. Según leía el fin de semana, se estima que este año cada español produce unos 26 kilos de basura menos debido a la crisis. Crisis maldita que, como toda maldición, tiene algo de positivo y es que nos ha hecho más eficientes, austeros, ahorradores y menos gastadores y despilfarradores. Si todos empezamos a producir menos desechos, probablemente la sopa de plástico, crezca a tasas inferiores. Aunque, probablemente no todo resulte tan fácil. Aunque la vieja Europa está en crisis, los países más poblados del mundo siguen creciendo a tasas notables. Y su crecimiento, seguramente lleve consigo un crecimiento de los desechos generados. De ahí que el magro ahorro que se pueda producir en el mundo occidental probablemente quede anulado por el crecimiento experimentado por los países en desarrollo. ¿Estamos pues en un callejón sin salida? No
La salida, como siempre, pasa por la educación. Hoy en día los niños de Europa reciben una educación importante en temas medioambientales y probablemente sea hora de que urjamos a otros países a tomar conciencia de estas cuestiones. Que no repitan los errores que hemos cometido nosotros y ojalá esta sopa de plástico no vaya a más.