El debate fue de una dureza, a mi juicio, inusitada e...inútil. Se cruzaron acusaciones de todo tipo, algunas gratuitas en un diálogo de sordos. Cada uno decía lo que le convenía y la réplica no siempre iba al grano de la cuestión planteada. No creo que sea un buen ejemplo para la sociedad consumirse en debates eternos que a veces parece que persiguen un "Y Vd. menos (o más según los casos)" sin tener en cuenta las necesidades de los ciudadanos. Luego se preguntan los políticos por qué los ciudadanos sienten una lejanía tremenda de los gobernantes (o aspirantes a). Y no me pareció en absoluto que el discurso y el debate se orientase a la toma de decisiones. Uno se esforzaba por explicar (a buenas horas) las causas de la crisis. Y el otro a señalar los fallos del primero. Pero... ¿y del futuro qué? ¿qué planes tenemos para salir de esta situación cuyas causas tan bien (o mal, según las opiniones) explica uno y magnifica otro. Creo sinceramente que los ciudadanos queremos respuestas y soluciones. Y... si los gobernantes y los políticos no nos las dan... que nadie se extrañe de que se busquen respuestas en otros lugares.
Buenas noches.