Hoy es tarde de tormenta perfecta aqui en Galicia. Los modernos y entendidos le llaman ciclogénesis explosiva y, bueno, de momento nos tiene a todos en casa guarecidos de la fuerte lluvia que cae y del viento que más que soplar aúlla por todos lados.
Y, bueno, nos hemos puesto a filosofar un poco hoy. Aunque la cosa ya viene de ayer. Ayer fui al médico y, en el transcurso de la consulta, la doctora me dijo "Sólo hay una cosa cierta en la vida, y es que vivimos para morir" Ante frase tan alentadora sólo se me ocurrió decirle, que sí, pero que tratamos de alejar al máximo ese momento para el que vivimos. Si me preguntan, no tengo muy claro cómo llegamos a ese intercambio de impresiones/palabras/posturas vitales. Hoy sí sé que, tras la comida con unos amigos, le habría contestado algo distinto. Mi amigo Javier apuntó que tenía que haberle respondido, en el más puro estilo Carlos Rodríguez Braun, que hay otra cosa segura en este mundo: los impuestos.
Tras esta conversación, me acordé de un artículo que leí recientemente en la revista Time que habla de la longevidad y la calidad de vida. El artículo nos trae en general buenas noticias. Pese a la herencia genética existen muchas cosas que podemos hacer para mejorar y prolongar nuestra existencia. Ahora bien, ello requiere disciplina y continuidad. "There is no free lunch" que dirían los británicos.
Lo primero es ejercicio físico. Según el autor ayuda a fortalecer los huesos y el corazón y a prevenir las fatídicas caídas. Pero no se crean que es cualquier tipo de ejercicio. El ejemplo que pone dice que si no puedes caminar un cuarto de milla (400 metros aproximadamente) en cinco minutos tu probabilidad de morir en los próximos 3 años aumenta un 30%. Pensándolo bien, es una velocidad bastante digna. Yo cada día al ir a trabajar recorro 1,7 kms y me lleva unos 20 minutos. De modo que... no ando muy sobrada (si ya sé, el tiempo de los semáforos no cuenta, pero tampoco son demasiados).
Pero no se crean que con eso llega. Son necesarios al menos 30 minutos semanales de ejercicio, otros tantos de pesas y la misma cantidad de estiramientos.
Hay más ayudas. Esta dedicada sin duda, a mi amiga Graci. Es preciso tomar el sol al menos 15 minutos al día (aquí en Galicia esto está complicado) lo cual fortalece la vitamina D y reduce el riesgo de cáncer y tomar 1000mg de calcio (no sé si vale un yogur o leche como sustituto). Además son necesarios 500 mg de magnesio para evitar los catarrillos. Me hizo gracia lo del sol como vía para evitar el cáncer. Generalmente solemos asociar el largo tiempo de exposición al sol con el cáncer de piel. Pero ahora resulta que, como todo en esta vida, el sol, en su justa dosis resulta beneficioso. Además de esos beneficios de los que habla el autor les diría que sube el espíritu y alegra un montón y, digo yo, que eso nos ayudará también a vivir más ( o al menos más felices que se trata tanto de la calidad como de la cantidad).
Otra recomendación: tomar alimentos que tienen elmismo aspecto cuando se comen que cuando se extraen de la tierra pues ayudan al proceso natural de rejuvenecimiento.
Sigue otra recomendación que me hizo pensar inmediatamente en mi amiga Jessi: duerma Vd. más de 7 horas al día, pues eso fortalece la hormona del crecimiento que resulta ser un detonante fortísimo de la vitalidad.
Y por último dice el autor: tenga Vd. un propósito en esta vida. Nada refuerza más la longevidad que simplemente querer estar aqui.
Pues ya saben, a los que no les guste hacer ejercicio físico, ni tomar el sol, huyan de los medicamentos y demás, tienen una forma muy fácil de prolongar y mejorar su existencia. Piensen por qué están aquí y si les gusta. Si es así, disfruten a tope de todo lo que les gusta. Si no les gusta, prueben a encontrar ese sentido de la vida. Les aseguro que lo tiene!
Buena tarde.