Esta misma consultora presentó hace días un informe donde detallan 10 medidas que convendría impulsar para que el sector industrial español recupere peso en nuestra economía. El informe está bien estructurado y documentado, abarcando las cuestiones clave para el fortalecimiento del sector.
Leyendo la exposición de las medidas, he visto conceptos que se repetían en varias de ellas y que me han hecho reflexionar.
1. Tamaño. El 40% de lo empleados españoles lo hace en empresas con menos de 10 trabajadores. En Francia el % es del 28%, en Alemania del 23% y en EE.UU. del 11%. La productividad media crece a medida que aumenta el tamaño de la empresa. Así, las empresas españolas con más de 250 trabajadores duplican en productividad por empleado a las de menos de 50. Se dice a menudo que las empresas españolas son menos productivas que las de otros países. No parece que sea así. Las empresas grandes españolas son más (sí, sí he escrito bien) productivas que las americanas, lo que sucede es que el tamaño medio aquí es inferior, llevando a todo el conjunto a una menor productividad. Si el 53% de los trabajadores americanos pertenecen a empresas de más de 250 empleados, en España, somos menos de la mitad (24%).
Estamos en estos momentos viviendo un frenesí de fomento del emprendimiento. Surgen por doquier iniciativas que tratan de fomentar la creación de empresas, lo cual es ciertamente bueno y necesario en un país con poca tradición emprendedora (la fiebre ha llegado incluso a la TV pública, cosa que sin duda celebro!) Viendo estos datos me surge una reflexión. ¿no tendremos que replantearnos un poco este enfoque? En lugar de tanto esfuerzo en la creación, ¿no convendría equilibrar un poco la balanza y buscar también formas para ayudar al crecimiento?
2. Otro concepto que surge varias veces a lo largo del informe es el de "pasar de la teoría a la práctica". Surge esta idea en relación con dos cuestiones, en cierto modo ligadas, la I+D+i y la educación.
En el ámbito de la investigación, suele decirse que en España invertimos menos que en otros países. No obstante, la clave parece estar no tanto en lo que se invierte sino cómo se invierte. En España, a diferencia de otros países, la inversión en I+D recae casi exclusivamente en el sector público. Quizá el origen de los fondos tenga algo que ver con otra característica de nuestra investigación: la menor eficiencia y orientación comercial de a I+D+i española. El informe da un ejemplo. España gasta una media de 1,8M€ por cada patente. Alemania, 500.000, la UE, 700.000 y Corea 300.000. A menudo he dicho que la libertad de cátedra en España se ha extendido también al mundo investigador, y ello ha podido influir en la baja orientación comercial de los proyectos desarrollados. La introducción de criterios comerciales a la hora de evaluar los proyectos y el desarrollo de un modelo por fases, pueden ayudar a centrar los ingentes esfuerzos que hacen las arcas públicas en proyectos que realmente sean apreciados y valorados por la industria y la sociedad.
La educación es otro de los puntos donde se aboga por más práctica. Práctica que permita pasar de un modelo basado en la asimilacion de conocimientos, a otro en el que prime el aprendizaje activo en el que la formación se compagina con la experiencia profesional, de verdad.
3. El tercer concepto que encontré repetido a lo largo del informe es el de la unión . Unión de esfuerzos en el apoyo a las empresas industriales,especialmente a las empresas tractores que "tiran" de otras en su sector. Unidad a la hora de dirigir los esfuerzos de la diplomacia y demás vías de influencia al alcance, para defender de forma clara los intereses industriales de España. Unificación de normativa, tanto dentro del país, como en relación a la UE. Unificación en cuanto a trámites administrativos (licencia única nacional, reducción del número de autorizaciones por las CC.AA., etc.). En este punto el uso de las nuevas tecnologías resulta clave para facilitar la actividad industrial en España. Unión en el trabajo de los distintos ministerios de cara a lograr que alguna de estas propuestas sean una realidad.
Creo que estos tres conceptos son básicos y sin duda, deben impregnar toda las acciones que se lleven a cabo. Sólo así lograremos empresas de mayor tamaño, con capacidad y vocación exportadora, con recursos suficientes para invertir en investigación y en formación de sus empleados y que actúen de "tractores" para impulsar el crecimiento de las pymes creadas, en muchos casos, bajo su impulso. Sólo así, lograremos empresas competitivas para las que producir en España vuelva a resultar rentable. Y sólo así lograremos que la marca España pase de ser un estigma a encarnar atributos positivos.
Que les parece? Será posible el made in Spain de nuevo?