jueves, 7 de enero de 2010

New year, new AGE

El día 1 de enero, como casi todos los años, combatí la modorra y el frío viendo en la TV el concierto de año nuevo de Viena. He de decir que me encantó. La música es siempre animada y buena, las coreografías de ballet, deliciosas. Pero, sobre todo, me llamó la atención la alegría, vitalidad, ganas de divertirse que mostraba el director George Prêtre. Asombroso. A sus 80 y pico años se lo estaba pasando esupendamente y disfrutaba con cada nota que arrancaba a sus músicos. A veces pensamos que los mayores son serios, se cansan, etc. Prêtre era todo lo contrario. Y da la impresión de que no sólo él se lo pasa bien. El público disfruta de lo lindo y... los músicos de la orquesta le han elegido varias veces para dirigir el concierto más mediático del año. Por algo será.

Desde luego, uno de los retos de este siglo XXI será gestionar el aumento de la vida media de la población. Las empresas, los gobiernos y la sociedad en general se encontrarán con dos efectos coincidentes. Por un lado, verán como aumenta el número de personas que no prolongan o acortan su vida laboral (en la mayor parte de los casos, para disfrutar de mayor tiempo de ocio). Por otro lado, la escasez de trabajadores con conocimiento y experiencia equivalentes disponibles a corto plazo para reemplazarlos. En los últimos años hemos visto proliferar las prejubilaciones y como la edad jugaba en contra de los trabajadores. Sin embargo los expertos advierten de la necesidad de gestionar y retener activamente a los Activos de Gran Experiencia (AGE), es decir aquellas personas que acumulan más de 25 años de experiencia y que, por razones obvias, por lo general superan los 50 años de edad. Y no sólo es una mera preocupación. En Francia, desde el 1 de enero de este año, día del concierto de año Nuevo, las empresas de más de 50 trabajadores están obligadas por ley a disponer de planes para la integración de los trabajadores de más de 50 años.

Y ojo, no sólo se preocupan de la retención, sino de la contratación activa de los trabajadores de más de 50 años. De modo que, si superan los 50, saben que, lejos de estar finalizando, pueden estar a punto de comenzar una nueva etapa laboral en la que su experiencia, saber hacer y oficio, como diría mi amiga Luisa, se vean más reconocidos.


Y... me pregunto yo, cuando en muchas ocasiones se prescinde de mucho talento y experiencia por meras razones de edad... ¿no tendrá mucho que ver la experiencia acumulada por George Prêtre en que disfrutásemos tanto todos (el público, los teleespectadores, los intérpretes y élmismo) del concierto que marca el inicio de año? Yo creo que sí.

Ah! Por cierto, he visto en el mapa que tengo instalado en la página que, desde que comenzó el contador, ha habido ya más de 1.000 visitas a mi blog. Muchas gracias a los que me siguen con regularidad y que me animan a que escriba. Gracias por interesarse por mis pensamientos.

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