lunes, 11 de enero de 2010

Leve

Este fin de semana me ha enviado un poema mi amiga Elena. Yo no soy una gran aficionada a la poesía, por eso agradezco doblemente que alguien se preocupe de esa faceta mía algo descuidada.

Me ha gustado el poema porque me da la impresión (supongo que en temas de poesía todo es muy interpretable) de que trata de un tema que me tiene preocupada y que, en términos machadianos, llamaríamos "la ligereza de equipaje". No me considero una consumista ni una compradora compulsiva, sin embargo, me maravillo de la cantidad de ropa, utensilisos (muchos ya inservibles) y cacharros en general, que acumulo. Cómo es qué sucede esto? ¿Por qué? Es un misterio. Puede ser que me pase, como dice mi amiga Paloma, que me cuesta mucho desprenderme de cosas que ya no me sirven. O puede que, sin quererlo, siga la corriente dominante, que fomenta el consumo en el que, aparte de una fuente de abastecimiento, nuestra sociedad ha encontrado una fuente de diversión y de "terapia" con la que combatir el aburrimiento y la depresión.

O, tal vez, ninguna de las anteriores y estoy totalmente equivocada.

Espero que lo disfruten


Dame la humildad del>
ala y de lo leve,>
de lo que pasa suave>
y suelta el ancla,
> la despedida ingrávida,>
y el abandono al vuelo,>
la cicatriz que avanza>
como ala en su desierto>

> Dame la humildad del alma>
sin cuerpo y ya sin cosas.>
Ser la poesía y su luz,>
tan sólo la poesía>
y la región más de aire,>
inaccesible al desastre.>

> Dame la luz sin límites>
acechando adentro>
y la noche que soy también y el barro,>
con la estrella distante>
que la sed no sacia.> >
Dame la humildad que suelte las cadenas,>
la verdad que desnuda>
el polvo, el hueso que me fraguan.>
Sólo en lo que soy caigo,>
me derrumbo.> >

Déjame andar sin equipaje,> leve,>
abierta al horizonte.> >

Verónica> Volkow
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