sábado, 23 de enero de 2010

Les gusta de verdad su trabajo?

Esto no es una llamada para hacer una encuesta entre Vds., mis queridos lectores. Me pregunto si les gusta su trabajo a los políticos. En principio debería gustarles muchísimo. Nadie les obliga, es más se presentan para él en reñida concurrencia con otros políticos y, son tantas las ganas que tienen de gobernar, que casi aplican el "todo vale". Durante la campaña se dedican todo tipo de improperios y frases descalificantes con el fin de salir mejor parados ante el electorado. Da la impresión de que nada les gustaría más en el mundo que lograr el puesto al que se presentan y desde él gobernar el órgano de turno.

Y gobernar es, según el diccionario de la RAE, "Dirigir un país o una colectividad política." y dirigir es, según la misma fuente "Enderezar, llevar rectamente algo hacia un término o lugar señalado". No sé Vds. pero de esto yo deduzco que en eso de gobernar se trata de marcar una dirección, de asumir la responsabilidad y decidir hacia dónde debe encaminarse la colectividad en cada una de las materias. Vamos, que nuestros políticos deberían estar deseando marcarnos el camino en cuestiones propias del ámbito de la colectividad. Eso, sin duda implica posicionarse y ello conlleva riesgos, pues siempre existen intereses y personas que se pueden sentir perjudicadas por estas decisiones.

Y hete aquí que esta semana me he encontrado con dos cuestiones que me han hecho preguntarme si a nuestros políticos les gusta de verdad aquello para lo que se presentan: gobernar. La primera de ellas tiene que ver con el decreto que prepara el gobierno autonómico de la Xunta de Galicia sobre los idiomas en que se impartirá la enseñanza en esa Comunidad Autónoma. No conozco la norma a fondo, pero lo que parece es que el gobierno autónomico, en lugar de decidir y marcar el camino, deja a los padres la elección. Parece como si el gobierno tuviese miedo de que se le atragantase esa patata caliente (y que, como hemos visto, continuará calentándose porque, entre otras cosas, hay mucha gente interesada en que así sea) y trata de dividirla en pedadcitos de modo que a cada uno nos toque uno más pequeño. Pero, ¿no es eso hacer dejación de sus funciones? Máxime cuando la cuestión lingüística fue uno de los puntos fuertes de la campaña electoral.

La segunda cuestión que ha acudido a mi mente es la de los residuos nucleares. Hemos visto escenas de vecinos de localidades pequeñas enfrentados por culpa de los cementerios nucleares. Unos a favor y otros en contra. No sé si los cementerios nucleares entrañan muchos riesgos (espero que no) de radioactividad, pero probablemente existan cuestiones de seguridad muy a tener en cuenta. La radioactividad, por lo que sé es de tratamiento complejo. Por un lado sus efectos duran muchísimos años (cientos de miles en algunos casos). Por otro, se extiende en superficies notablemente amplias . En este sentido, parece que el Irán de los ayatolahs siguió una estrategia de seguridad construyendo sus centrales nucleares muy cerca de las fronteras. Cualquier ataque a las mismas causaría efectos nocivos en Irán, pero también en los municipios limítrofes. Por último, como explican los que han estado cerca de Chernobyl, la radioactividad no avisa: no se ve, no produce olores... Es como la buena agua: insípida, inodora e incolora. Visto esto, ¿no debería ser una cuestión nacional la decisión acerca del emplazamiento de los residuos? ¿no debería decidirse en base a criterios económicos, ambientales, de seguridad, etc. el emplazamiento de los cementerios? Entonces ¿qué sentido tiene crear malestar entre vecinos que se ven a diario? ¿para qué entorpecer su convivencia con cuestiones sobre las que ni deben ni, finalmente decidirán? Pudiera ser que los municipios que se ofrecen voluntarios para albergar los residuos no fuesen los más idóneos. Y los que resultan más idóneos, pueden no estar a priori interesados. Dejando la iniciativa a los municipios corremos el riesgo de que la decisión adoptada no sea la óptima. Ahora, eso sí, resultará más fácil para los gobernantes decidir montar el cementerio en unlugar que lo ha pedido. Tendrán menos problemas y más paz social. Pero... no sé si eso es GOBERNAR.

Bueno, supongo que estos dos temas que he tocado son bastante conflictivos y polémicos. Yo les plasmo mis reflexiones y dudas. Ahora, espero su opinión al respecto.

Buen fin de semana!

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