lunes, 14 de diciembre de 2009

Premios Nobel



Si miran la edición digital de Expansion de hoy verán que algunos premios Nobel no están precisamente para subirnos la moral. Edward Prescott dice que estamos en recesión, Krugman que debemos devaluar con ajustes de salarios y precios, Lucas dice que hemos decepcionado económicamente al mundo y Akerloff, a quien se lo he oído decir en persona, que debemos subir impuestos.


En fin, no es muy alentador. Pero hoy quería hablarles de otros Premios Nobel. Primero de Stiglitz que en un artículo publicado por El País el domingo pasado, afirma sin tapujos que si existen bancos que por su tamaño no pueden caer porque pondrían en peligro el sistema, entonces, simplemente... no deberían existir. Da muchas razones, pero la conclusión es ésa. Recomiendo el artículo.


Pero hoy, mi recuerdo, a petición, más bien sugerencia, de mi amiga María es para Paul Samuelson. Este venerable anciano de 94 años nos dejó el domingo. Fue el segundo premio Nobel de Economía, allá en el año 1970, cuando contaba ya con 55 años. Pero quizá todos lo recordemos no por "el Nobel" sino por "el Samuelson" el manual de Economía con el que nos hemos adentrado en la ciencia económica millones de estudiantes de todo el mundo. Y digo ciencia a conciencia, pue él fue de los pioneros en tratar la economía como una ciencia con absoluta disciplina y metodología. Parece mentira que una persona que ya estudiaba en Harvard en el año 1936 cuando Keynes publicaba su Teoría General, hubiese logrado ver esta crisis que nos ha amargado en los últimos años. Que una misma persona haya asesorado a Kennedy y visto la trayectoria de Obama. Algunos creen que hay alguna influencia mayor, ya que el Jefe de los Consejeros Económicos de Obama, Larry Summers, es su sobrino.


Su huella en la economía es amplia (millones de estudiantes) y profunda, no sólo por las responsabilidades que ha ostentado, sino también a través de sus discípulos, alguno de los cuales, como Akerloff ha sido merecedor del Premio Nobel ... 31 años más tarde!


Descanse en paz, profesor.

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