Estoy leyendo el libro "Animal spirits" del premio Nobel de Economía 2001 George Akerlof. El libro expone cómo la economía no depende sólo de factores objetivos y perfectamnte racionales, sino que, muchas de las decisiones se deben a factores anímicos y psicológicos que pueden basarse en la fe, el miedo, la confianza, la intuición y muchos otros factores. Lógico, si pensamos que estas decisiones son tomadas por seres humanos que en su comportamiento presentan toda esta serie de factores que les hace más desconcertantes, pero también por ello más atractivos. Por cierto, en España eso de "animal spirits", término acuñado por Keynes allá por el año 1936, se ha traducido al castellano por "espíritus animales" aún cuando yo creo que estados de ánimo sería un término más apropiado.
Según los autores, gran parte de los desastres económicos vividos últimamente, tienen su raíz en parte en la paradoja de que las teorías económicas no tienen en cuenta estos factores y que, sin embargo, influyen (y en gran manera!) en el comportamiento de los seres humanos que son quienes determinan qué ocurre en realidad.
Y hablando de estados de ánimo y premios Nobel, me ha sorprendido la concesión del Premio Nobel de la Paz a Obama. No discuto los méritos que pueda tener el inquilino de la Casa Blanca, pero una concesión así cuando no lleva ni 9 meses en el poder, parece algo prematura. O, se me ocurre, ¿resulta que el mundo está tan desesperado y necesitado de revulsivos que resulta urgentísimo apoyar a este nuevo Líder (casi Mesías diría yo) para que se dedique a fondo y con todo su empeño en la consecución de la Paz? ¿no será demasiado cargar con el peso de cambiar el sistema económico, las relaciones políticas, la consecución de la paz y el camino hacia un mundo más sostenible? ¿o es que no son más que piezas de un mismo coche para el que sólo parece existir un piloto adecuado?
También se me ocurre, pero esto ya es desatinado, seguro, que a lo mejor es una pequeña compensación por la derrota de Chicago en la designación de los JJ.OO. A fin de cuentas ¿no están Copenhague y Oslo cerca? Pero, seguro que estoy totalmente desatinada porque sino ¿deberíamos pensar que algunos premios (y aqui cabe de todo Eurovisión, Olimpiadas, Nobel, concursos de cuentos, etc.) se conceden más por razones políticas que atendiendo a los verdaderos méritos del receptor? Lo que digo, estoy totalmente desatinada.
Buen fin de semana
1 comentario:
Ahora resulta que la Fundación Nobel es más rápida que la Fundación Príncipe de Asurias. Hace unos años le dieron a Fernando Alonso el Príncipe de Asturias que ya era un gran piloto pero aún no había ganado el campeonato del mundo. En ambos casos se aprovecha el tirón del personaje para darle más realce al premio. Por cierto, ¿será capaz Obama de permanecer dos días en Oslo? Lo digo porque en Copenaghe en la reunión en la que Madrid perdió los JJ.OO. solo estuvo 5 horas.
Cosa distinta es el Nobel de literatura que inmortaliza últimamente a grandes escritores de segunda fila, llevando a cabo una gran labor divulgadora.
Feliz puente para todos
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