domingo, 15 de noviembre de 2015

La Library of Congress y otros refugios

Hoy amanece soleado pero es un día triste. Siento impotencia, dolor, preocupación, rabia y desasosiego tras una semana de atentados en Egipto, Líbano y ahora París.  He pasado buena parte del día pegada a la televisión y enviando mails a amigos para saber si están bien. El marido de una amiga estaba en el estadio, pero afortunadamente salió ileso. En momentos así una no sabe que hacer. Siento que todos tenemos una responsabilidad para hacer un mundo mejor, pero a veces una no sabe cómo ejercerla. 


Decidí ir a un lugar que proprocionase calma e inspiración. La Biblioteca del Congreso me pareció un lugar muy adecuado. Un anciano voluntario nos explicó los aspectos más importantes del Jefferson Building, que, según nos dice, ostenta el título de ser el más decorado de los EE.UU. La biblioteca tiene tres edificios para albergar los aproximadamente 20.000 items (libros, películas.... ) que recibe cada día, desde que hace siglos ostenta la exclusividad del copyright para EE.UU. Algunas galerías recuerdan  más a Versalles que a ningún otro lugar. Nos explica que los artesanos que construyeron los techos de mosaico de uno de los vestíbulos fueron traídos de Italia. Como no podían aguantar la morriña, dibujaron sus obras, se volvieron a Italia a construirlas, y luego regresaron a instalarlas. Para todo hay una solución.

Si buscaba inspiración, la encontré. Para empezar el simpático voluntario que nos atendió que dedica parte de sus sábados a ilustrar a los turistas sobre los tesoros que alberga la biblioteca. Cada vez que subíamos unas escaleras me decía que si quería podía adelantarme, que él iba despacio. Lleno de vitalidad y energía lo encontraba yo. Por supuesto, no logré sobrepasarle en ningún momento. Y luego, las inscripciones, cargadas de significado y alegorías que pretenden ilustrar sobre lo mejor de la condición humana.


En la entrada dos esculturas de estudiantes decoran un arco. A la izquierda un joven . A la derecha un anciano leyendo o reflexionando. Ya en 1897 sabían que el aprendizaje no acaba nunca. En esta misma sala, unos querubines representan las distintas razas. De un lado uno con rasgos europeos, señala Europa en el globo terráqueo. Otro de ojos rasgados, señala Asia. Enfrente, uno con rasgos afroamericanos (que dicen aqui) señala a Africa. Y uno, caracterizado como un "native american" (por seguir con la denominación del país) otea el horizonte haciendo sombra sobre sus ojos con su mano. ¿Qué espera? ¿Qué mira?

Las galerías están llenas de inscripciones. Hoy me fijo especialmente en la que dice "The foundation of every state is the education of its youth" (el fundamento de cada estado es la educación de su juventud).
¿En qué ha fallado la educación para que hayamos creado una sociedad como la que nos transmiten las noticias continuamente?   Otra "Science is organized knowledge" (la ciencia es conocimiento organizado. También hace ya muchos años que sabían que no es lo mismo tener datos que tener información

La biblioteca alberga varios tesoros. En la misma estancia, frente a frente, dos libros coetáneos y vecinos pero radicalmente distintos.


La Biblia de Mainz,  manuscrita alrededor de 1450 en Mainz y uno de los ejemplares de la Biblia de Gutemberg, el primer libro impreso en Europa, en Mainz alrededor de 1455. Pocos años de diferencia pero un salto de gigante. Toda una revolución, lo que me hace pensar en la revolución que vivimos ahora con internet. También en aquella época convivían tecnologías muy distintas pero, inevitablemente, una termina imponiéndose. Y... el ejemplar de la Biblia de Gutemberg fue comprado en 1930 por millón y medio de dólares. Una suma astronómica en plena Gran Depresión. Supongo que no sería una decisión fácil.

Es un tesoro la sala central, a la cual las peticiones de libros llegan a través de una cadena automática (como en los modernos restaurantes japoneses). Es una sala preciosa. Me fijo en la decoración de la linterna. Representadas todas las naciones que han contribuido al desarrollo de la sociedad: Italia, la edad Media, Egipto, España (representada por un conquistador), el Islam, Roma, Grecia.... Todos hemos contribuido a este mundo que algunos ahora se empeñan en destruir. Se tarda tanto en crear algo y tan poco en destruirlo....


Y también algunas curiosidades. El hall principal tiene una decoración profusa. Entre otras cosas una cenefa plateada hecha con el material más caro de la época: aluminio! La biblioteca fue el primer edificio con cableado eléctrico de los EE.UU. Tan orgullosos estaban de este adelanto (no es para menos) que instalaron las bombillas desnudas, sin ningún ornamento. Y así las mantienen hoy iluminando las inscripciones y la decoración.

Me entretengo un rato viendo una exposición magnífica sobre los primeros pobladores de América. Desde 1565 ha habido población asentada en St  Augustine de modo que cuando en 1620 llegaron los del Mayflower, nuestros compatriotas ya llevaban aquí un tiempecito. Luego, la historia de la Florida no es muy favorable para España. Me gustó la exposición, llena de piezas de cerámica indígenas muy antiguas y graciosas. También libros de gran valor, de Carlos II, Colón y otros navegantes.

Tras la serenidad de la biblioteca, pude disfrutar una vez más de la calidez y el cariño de Mercedes y su familia. Sus hijas, alegres, simpáticas y con ganas de aprender y enseñar, devuelven el buen humor a cualquiera. Han prometido enseñarme nuevos pasos de baile por Skype.

Georgetown está llena de gente haciendo compras. Sigo con el desasosiego en el cuerpo. Entro en una iglesia y me quedo a la Misa. Me encantan las celebraciones aquí. Llenas de música y solemnidad. Gente joven, gente que canta, gente que sonríe, gente que participa.

Tras mi triple sesión de terapia, cultura, amigos y espiritualidad, regreso al hotel. Arrecia el viento y he de enfrentarme a la tarea ardua de encajar todo lo que he ido acumulando en el viaje en mis maletas.


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