Problemas que están muy relacionados. Durante toda la campaña ha sido una preocupación la prima de riesgo de España (el diferencial que mantiene la deuda española con el bono alemán a 10 años) que hace que los costes de financiación de la economía española haya crecido de manera importante aumentando de forma alarmante en muy poco tiempo la carga financiera a la que debe hacer frente el Estado y, que, como ya habrán adivinado, terminamos pagando todos los españoles.
Y la prima de riesgo sube porque crece los recelos hacia el Estado español y su capacidad para hacer frente a los niveles de deuda. Nivel que en el caso español no es el más elevado entre los países occidentales. Pero, lo que sí es cierto es que ha crecido de forma muy rápida. Tanto que en 3 años casi se ha duplicado. En 2008 estaba en torno al 40% y se prevé que cierre 2011 cerca del 70%.
Esta desconfanza se ha trasladado a las entidades financieras, entre otras cosas porque, no olvidemos, son los principales tenedores de deuda estatal. Tal ha sido la desconfianza que las entidades españolas han encontrado muy difícil (imposible en algunos casos) endeudarse en los mercados mayoristas. Ante esta tesitura, las entidades financieras se han puesto a competir por los depósitos, es decir los ahorros de los particulares que, en esta época de paro no crecen, sino todo lo contrario. Y la competencia pasa por ofrecer rentabilidades más atractivas que las de sus competidores. Por eso hemos visto como la remuneración de los depósitos crecía en el 2011.
Si los bancos no pueden acceder a la financiación, o si ésta se encarece (caso de los depósitos) tampoco podrán prestar en igual medida. Y ya sabemos que el crédito es algo así como el aceite que permite funcionar al motor de la economía. Si el crédito se recorta, esto tiene efectos negativos en la actividad económica. Y, todos sabemos que una ralentización de la actividad económica conduce a mayores tasas de paro y a una menor recaudación. Y una menor recaudación supone que resulta más difícil reducir el déficit público. Y si el déficit público no mengua, y la confianza no se restaura, ya sabemos qué hace la tan mentada prima de riesgo. Con lo que volvemos al punto de origen y corremos el peligro de caer en un círculo vicioso. Por eso cuando el Sr Rajoy hablaba anoche de estos cinco enemigos acertaba. Aunque... más que cinco seres distintos parecen un mismo ser que se manifiesta de diversas formas. ¿algo así como una hidra con cinco cabezas?
De todo corazón, ojalá el Sr. Rajoy y su equipo acierten en la adopción de las medidas necesarias para acabar con este monstruo o hidra en el que se ha convertido la crisis.
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