De muchas de esas cuestiones ya hemos hablado en este blog, pero, durante el debate en el que participaron muchos de los brillantes antiguos becarios de la Fundación, surgieron algunas cuesitones curiosas. Destacaré tres de ellas.
Uno de los becarios hizo referencia a lo que él llamó los políticos low cost, esos que sin estudios, formación y preparación tienen la osadía de asumir las más altas responsabilidades del estado e instalarse en ellas. A tenor de la persona que acuñó el término, éste aplica también a periodistas, jueces y un largo etcétera de profesiones. Nunca antes había oído el término pero creo que bien merece unos minutos de reflexión. Como dijo alguien durante la jornada, si la mayor empresa de España es España, deberían preocuparnos la formación, intereses y motivaciones de las élites dirigentes.
Otro tema que surgió, y en relación con la ley Sinde tan de actualidad en esta recta de final de año, fue el cambio de paradigma que se produce pasando del consumo de lo visible al consumo de lo invisible. Y, de alguna forma relacionado con esto están las llamadas "revoluciones silenciosas", esas que se desarrollan de forma soterrada, sin ruido ni algaradas pero que llegan a tener gran impacto en los medios y en el devenir de los acontecimientos. Internet es el medio natural en el que estas silenciosas revoluciones se desarrollan y que hacen que la sociedad civil tenga más poder del que a menudo nos creemos.
Por último, un pensamiento positivo. Es cierto que, tanto en clases sociales, como en productos de consumo, el rango intermedio corre el serio riesgo de ser barrido ya sea por la élite o por el low cost. Elite de productos o servicios que pueden exigir un precio más alto porque están asociadas a un consumo emocional. Desde luego acudimos a un descenso del poder adquisitivo, pero, a diferencia de lo que sucedía en otros tiempos, o en otras sociedades, existe uncapital anterior: Existe una formación previa de un nivel relativamente elevado que permite vivir de forma distinta. Y que, además hace más sencillo que en otras épocas el emprender.
Les dejo estos tres puntos a modo de reflexión de final de año. Y aprovecho para desearles que 2011 sea un año provechoso para todos en el que por fin dejemos de hablar de la crisis.
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