jueves, 23 de septiembre de 2010

A vueltas con la competitividad

Acaba de publicarse el informe Global de Competitividad (Global Competitiveness Report 2010-2011) que nos da otro disgusto. España cae del puesto nº33 al 42, una caída de 9 puestos, de las mayores, junto con nuestros vecinos griegos.

Y... se preguntarán ¿qué es este informe? Pues es uno de los principales informes sobre competitividad de los países que se publican. Como decía es uno de los principales informes sobre competitividad. Está elaborado por el Foro Económico Mundial. El Foro Económico Mundial es una organización internacional sin ánimo de lucro radicada en Suiza con sede en Ginebra, conocida por su asamblea anual en Davos, Suiza. Allí se reúnen los principales líderes empresariales, los líderes políticos internacionales y periodistas e intelectuales selectos para analizar los problemas más apremiantes que enfrenta el mundo; entre ellos, la salud y el medioambiente.Además de las asambleas, el Foro produce una serie de informes de investigación y el que se acaba de publicar es uno de ellos que, además está dirigido por un español, por el Profesor Xavier Sala-i-Martin de la universidad de Columbia en Nueva York del que hemos hablado en varias ocasiones.

¿y a qué llaman estos señores competitividad? Pues se refieren a una serie de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país.

De hecho, el informe analiza lo que llaman 12 pilares que son muy variados.Los factores analizados van desde algunos muy generales como las instituciones (que miden el nivel de democracia, corrupción y transparencia entre otros), salud, educación primaria, educación secundaria y universitaria, tamaño, infraestructuras.Al lado de estos hay otros de contenido más económico, como los mercados de bienes y servicios, la eficiencia del mercado de trabajo, el desarrollo del mercado financiero, la eficiencia del mercado de trabajo o el nivel de innovación. Y el análisis se realiza tanto usando datos estadísticos y económicos como una gran encuesta entre más de 13.500 ejecutivos, entre ellos 177 ejecutivos españoles.

Bueno, pues … de 139 países, España ocupa el puesto número 42 en niveles similares a los de Puerto Rico, Chipre, Indonesia o Eslovenia. Lo cual no es una posición muy destacada para nuestro país. Es más, resulta muy alejada de los niveles que deberían correspondernos por peso económico, calidad de algunas de nuestras empresas, renta per cápita, PIB, etc.Con todo, lo más negativo no es el lugar que ocupamos sino que en esta edición España desciende 9 puestos. Caída que se suma a la que se produjo de 2008 a 2009. Así en el informe de 2008 España ocupaba el puesto 33 de 134 países, hoy en 139 países, ocupamos el puesto 42.Aunque, eso sí, la posición de España varía bastante en función del apartado que se considere.

Si lo situamos en un contexto más cercano, como puede ser la Europa de los 27, tampoco España sale muy bien parada. Ocupamos el puesto número 16, muy por debajo del peso que tiene nuestra economía en Europa.Y no es puntual, el Informe "Doing Business" que elabora el Banco Mundial, en su edición de 2010 sitúa a España en el puesto 62, once puestos por debajo de 2010.

Y... ¿por qué estamos tan abajo? El informe destaca que existen varios puntos en los que la situación española resulta especialmente preocupante. En general , destacan como problemáticas todas las cuestiones relacionadas con el mercado de trabajo y su regulación. De hecho en la eficiencia del mercado de trabajo ocupamos el puesto 115. La rigidez del empleo, las políticas retributivas ligadas a la productividad, las flexibilidad en la negociación salarial y las políticas de contratación y despido son, según el informe, cuestiones especialmente problemáticas. El caso español es citado incluso en el resumen del informe que señala que una de las causas de las dificultades experimentadas por España para salir de la crisis es la excesiva rigidez de su mercado de trabajo. El informe indica que esta rigidez inhibe o dificulta de forma importante la creación de empleo. Lo cual no es en absoluto una buena noticia dado el nivel de desempleo que existe en nuestro país.

Pero no sólo de políticas de empleo vive la falta de competitividad española: Otros problemas que destaca el informe son la ineficiencia y la burocracia de los poderes públicos y la formación de la fuerza de trabajo
 
Pero, no se me depriman, el informe también destaca algunas cuestiones como positivas para España: el tamaño del mercado que permite a las empresas españolas el acceso al decimotercer mercado del mundo, las buenas infraestructuras (puesto 14) y la rápida adopción de nuevas tecnologías (visto, lo visto, será para jugar a los marcianitos, se dirán Vds!)
 
No obstante, para mí es de destacar una cuestión que puede parecer metodológica pero tiene más que ver con el ritmo en que nos vamos situando dónde nos corresponde.

 El índice se divide en 3 subíndices, uno que mide la dotación básica del país en cuanto a recursos naturales y mano de obra en general, propio de los países en los primeros estadios de desarrollo. El segundo, se refiere al segundo estadio de desarrollo que se basa en la eficiencia. Es un estadio en el que los países deben desarrollar procesos productivos más eficientes y aumentar la calidad de sus productos. En este estadio son muy importantes la formación de la mano de obra, la eficiencia de los mercados, en especial el mercado de trabajo, el desarrollo de los mercados financieros y la capacidad para explotar los beneficios de las tecnologías. Y el tercer estadio se refiere a los países cuyos salarios y niveles de vida son tan elevados (sí, sí hinchen el pecho, es el grupo de países en el que los del Foro Económico Mundial sitúan a España) que sólo pueden competir produciendo bienes nuevos y diferentes usando procesos productivos sofisticados y, sobre todo la innovación.

Pues bien, España que por sus características debería englobarse (y de hecho el informe así nos sitúa) en este tercer estadio, es precisamente en este subíndice en el que peores resultados alcanza. En concreto los resultados en innovación son muy pobres, especialmente en lo que se refiere al papel del gobierno y a la colaboración entre la industria y la universidad.

Parece que, como ha recalcado en varias ocasiones el director del informe, Xavier Sala i Martín Ni nuestra mentalidad, ni nuestra cultura, ni nuestro sistema educativo, ni nuestras instituciones, llevan a la innovación y sin ella, será difícil mantener nuestra posición, nuestra competitividad, nuestros salarios y nivel de vida en los años venideros

Así que... creo que el Gobierno y nosotros, tenemos deberes.







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