Esta semana se confirmaba oficialmente la noticia publicada inicialmente en junio según la cual Airbnb había levantado financiación por valor de 1.500M de dólares con una valoración de 25.000M de dólares. Las cifras en esta empresa son siempre mareantes y parece que no existe límite a alcanzar.
Este empresa, que es uno de los máximos exponentes de la economía colaborativa, me trae memorias de la infancia. Siendo niña, recuerdo que cuando venía a Coruña con mis padres, en los semáforos de las calles de entrada solían apostarse hombres y mujeres que, al ver la matrícula de fuera de nuestro coche, se acercaban. Ofrecían alojamiento en sus casas a las personas que acudían a Coruña. Claro que entonces la cosa tenía menos glamour y en lugar de "economía colaborativa" se llamaba "tapar agujeros" o llegar a fin de mes. Pero... en esencia el corazón del negocio era el mismo. Los mecanismos diferentes, pero la intención similar: completar ingresos (en algunos casos, igual que sucede con airbnb, se trataba de la fuente de ingresos principal de la familia) aprovechando el espacio no utilizado.
Recuerdo que algunos de los oferentes eran bastante insistentes y no aceptaban un "no" por respuesta. Igual que esos anuncios que nos persiguen en nuestra navegación por internet. Recuerdo también que desaparecían rápidamente cuando avistaban un policía (la regulación y el pago de impuestos no estaba nada claro tampoco entonces). Y recuerdo que a veces circulaban historias de personas que habían utilizado estos servicios y se habían llevado una gran decepción (e incluso sustos). Igualito que ahora con Airbnb.
Por eso no me ha extrañado que Cuba haya sido uno de los países en los que Airbnb ha conseguido extenderse más rápidamente. Toda la infraestructura semiinformal de paladares en las que se alojaba a turistas con familias era un terreno abonado para que el modelo calase. En realidad, el modelo es el mismo, sólo que en lugar de utilizar intermediarios y personas conectadas, se utiliza la tecnología y las conexiones de internet (un tema no menor en la isla). Supongo que en eso consiste la innovación, en seguir atendiendo las necesidades del ser humano, basándose en modelos de negocio ya existentes, pero mejorando la forma en que se proveen gracias a la tecnología (mayor comodidad, mayor previsibilidad, mayor fiabilidad y mayor rapidez). Y.... supongo que en estos tiempos de mayor frugalidad y de economía circular, en la que el desperdiciar vuelve a estar mal visto,veremos, gracias a la tecnología, el renacimiento de modelos de negocio de tiempos de menor abundancia que los de inicios del siglo XXI. ¡Estemos atentos!
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