Una vez más me descubro ante este pueblo japonés lleno de héroes anónimos que dan unas lecciones de civismo, educación, honestidad, generosidad y sentido del deber al resto del mundo. Me parece una cuestión admirable y me emociona que exista gente así. Claro que conozco a héroes parecidos en occident: el sacerdote que se cambió por un seglar en un campo de concentración y que ha sido beatificado o santificado (no lo recuerdo). También el antepasado de unos conocidos que, durante la guerra se ofreció a ser fusilado en lugar de otros parientes... Hay seres humanos muy buenos y con un alto sentido del deber y la generosidad en todas partes. Pero muchas de las gestas de las que hasta ahora había oído hablar eran diferentes. Eran diferentes ya simplemente por el hecho de que la persona que se ofrece, de algún modo conoce a la otra persona a la que trata de ayudar. Eran diferentes porque se trataba de individuos que realizaban actos generosísimos de forma aislada. Pero en este caso de Japón ni conocen a las personas a las que van a favorecer y, además se trata de un acto colectivo. Me llena de admiración. Pensando pensando llego a lo mismo: la educación, la formación en valores. Por cierto ¿qué lugar ocupa esta educación en valores en nuestro currículum académico? ¿Y en las prioridades de nuestra familia?
Buen fin de semana
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