Ayer dos noticias centraron la atención del día. Primero fue la muerte de Gadafi. Luego, especialmente en España, el anuncio de ETA. Ambas noticias coparon los informativos que se deidicaron a recoger todo tipo de comentarios sobre el asunto.
Me voy a centrar en la primera, o mejor dicho, al tratamiento que se le dio. El Sr Gadafi no me inspiraba simpatía alguna, pero me ha parecido horrible el modo como se ha tratado en los medios de comunicación su muerte. Creo que toda persona merece respeto y máxime en un trance como el de su final. Por eso me han llenado de indignación las imágenes con las que han inundado diarios y telediarios. Un hombre agonizante, sangrando, golpeado en ocasiones, que está viviendo sus últimos instantes, no debería ser ofrecido de ese modo ante la opinión pública. No debería retransmitirse su muerte, como si de un acontecimiento deportivo se tratase. Tampoco creo que debieran difundirse de ese modo las imágenes de su cadáver, y menos, servirse en los telediarios de máxima audiencia.
Una de las cuestiones en las que los medios de comunicación se esmeraron en los terribles atentados del 11-S fue en no mostrar imágenes de los cadáveres que por cientos debieron se contaban en la zona cero. Y creo que todos los ciudadanos lo agradecimos. Somos suficientemente maduros como para entender la magnitud de la catástrofe, sin necesidad de que nos mostrasen imágenes tan duras. Se hizo por respeto a la ciudadanía y, sobre todo, por respeto a los familiares de las víctimas. En mi opinión, en el caso de Gadafi, debería haberse procedido de forma similar. El Sr. Gadafi, por muy terrible que hubiese sido en sus comportamientos, tenía una familia que seguramente le quería y que, con razón, estarán indignados, con el tratamiento de su muerte.
Cierto que pudimos ver (también!) como los que rodeaban a Gadafi moribundo se afanaban en sacar fotos y todo tipo de reportajes del momento. Cierto que las habrán distribuido. Cierto que algunas de ellas serán necesarias para verificar que su muerte efectivamente se produjo. Pero, no es menos cierto que los medios de comunicación eligen lo que transmiten y publican. Aunque les ofrezcan unas imàgenes, no están obligados necesariamente a retransmitirlas o publicarlas. Y también es cierto que, si las imágenes son necesarias para verificar su muerte, habrán de remitirse a quien corresponda, y no necesariamente urbi et orbe, como se hizo en este caso (y, por cierto, sin avisar, como se hace en otras ocasiones de la dureza de las mismas).
Todas las personas somos merecedoras de respeto, y máxime en trances como los descrito. Y los medios de comunicación tienen una responsabilidad muy grande a la hora de elegir qué transmiten y cómo, a la opinión pública. En mi opinión, en este caso, se han equivocado.
2 comentarios:
Peor aún son las imágenes de las personas que se hacen fotos con el cadáver de Gadafi, como si se tratase de un trofeo macabro. Qué horror!
Los medios de comunicación hoy y en general solo alientan el morbo y las bajas pasiones de la chusma
No hay más que ver determinados programas de tv o los anuncios de prostitución en la prensa
jf
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