No soy muy aficionada al baloncesto, pero lo fui en mi juventud. Y, como dice el refrán, el que tuvo retuvo, por eso me gusta de vez en cuando mirar alguna noticia. Leo que el jovencísimo Ricky Rubio, que asombró a no pocos el pasado año con la selección quiere presentarse al draft de la NBA.
Es impresionante la valía y madurez de este muchacho. Pero quizá aún lo es más la claridad de ideas y determinación que demuestra. Parece ser que hay escollos legales (que al final se traducen en cuestiones fundamentalmente económicas) que dificultarán la jugada. Pero él, firme, no se amilana. Sabe que su futuro pasa por la NBA y está dispuesto a encararlo de frente lo antes posible. Y no le importa sacrificar dinero ahora si eso le permite tener una mejor carrera profesional. Eso se llama visión a largo plazo!
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