domingo, 23 de abril de 2017

La democracia protegida

La fortuna o el azar hacen que pase esta jornada electoral decisiva en París. Los amigos franceses con los que he compartido charlas están preocupados por el resultado de las elecciones y se disponen a vivir la tarde de la jornada electoral con una emoción comparable a la de los seguidores de Real Madrid y Barcelona que hoy disputan uno de los clásicos.

En esta mañana de sol tuve la suerte de caminar por uno de los distritos de París en los que se asientan diversos organismos públicos, ministerios y demás entes oficiales. En uno de los edificios clásicos de la zona el Tribunal de Instancia albergaba un colegio electoral. Yo que soy por naturaleza curiosa, a veces incluso fisgona, me adentré en el patio y, después de mostrar el contenido de mi bolso a los guardias que custodiaban la entrada entré en el edificio. Mucha, mucha gente hacía cola para ejercer su derecho al voto en unas salas nobles magnificas. Molduras de madera an las paredes, suelos de marquetería, lámparas de cristal enormes, alfombras mullidas en las escaleras, muebles dignos del mejor anticuario.... Todo un santuario de los derechos civiles. Me pareció una bella metáfora ver que uno de los logros más emblemáticos de la democracia, se ejerce en unas estancias tan grandiosas, elegantes y nobles y en un clima de respeto y convivencia cívica. Claro que, los policías que, armados hasta los dientes, custodian los colegios electorales y vigilan las calles de París nos recuerdan que éste es un logro que aún hoy es necesario proteger. 

El ejercicio de los derechos civiles, es una conquista que es necesario honrar, festejar y cuya existencia no debemos dar por sentada. Es un logro importante de las sociedades democráticas lleno de simbolismo. Por eso me pareció tan hermoso ver que este derecho tan preciado se ejerce en un marco sublime.

Buena jornada electoral a todos!

domingo, 1 de enero de 2017

El mejor banco del mundo

Antes de nada, muy feliz año 2017. Esperemos que sea un año bueno, en el que la humanidad avance y mejore y ... esforcémonos todos y pongamos nuestro granito de arena para lograrlo. Tratemos cada uno de mejorar nuestro círculo más próximo y tal vez así, entre todos consigamos un efecto multiplicador que redunde en beneficio de todos.

Y... a mejorar la vida de los que están a su alrededor dedican parte de su tiempo abuelas de Zimbawe. Son mujeres, de una edad media de 53 años que han sido entrenadas para poder conversar con personas que padecen graves dolencias psiquiátrica. Simplemente instalando un banco de madera, las
abuelas les reciben semanalmente y conversan con ellos acerca de sus problemas. El experimento, financiado por una organización canadiense ha sido todo un éxito  (los casos de depresión, ansiedad y otras enfermedades mentales se han reducido un 32%) y ha permitido mejorar la vida de los pacientes en un país que cuenta con 4 psiquiatras para una población de 15 millones de habitantes.

Cuando leí la noticia el pasado 31 de diciembre me llamó la atención por varias cosas. Primero porque supone una noticia positiva para despedir el año. Estamos muy necesitados de este tipo de noticias que no suelen ocupar las páginas de los periódicos. Y eso pese a que, gracias la generosidad de personas como éstas, el ingenio de gente como los ideadores del programa y la determinación de quienes lo han implantando el mundo es hoy un poco mejor en general, que hace unas décadas.  En segundo lugar, me recuerda la importancia de la conversación, de compartir las ideas (y sobre todo las preocupaciones) con los que están a nuestro alrededor. Ya se sabe que la alegría cuando se comparte, se multiplica y la preocupación, al ser compartida decrece y se hace más liviana. Si hay algo que me gusta de esta época navideña son las largas conversaciones con familia y amigos. Esa sensación de poder escuchar sin prisas, compartir ideas y sentimientos de forma espontánea sin necesidad de observar un código estructurado y cuasi telegráfico. Y... parece que esto es positivo. Recuerdo una conferencia del psiquiatra Rojas Marcos hace años en la que afirmaba que la mejor prevención (y cura) para dolencias psiquiátricas era la conversación. Y con su particular gracejo afirmaba que en caso de necesidad hablásemos con nosotros mismos ante el espejo. Que eso era preferible a quedarse callado.

En 2016 el banco de Loiba se coronó como el  mejor (más bonito) banco del mundo. Un banco
simple, sobrio, de madera que ofrece una vista espectacular en un paraje incomparable en su belleza. Belleza que viene de la sencillez y al mismo tiempo, grandiosidad de la naturaleza  y los acantilados que le rodean. Al ver el banco de madera donde las abuelas de Zimbawe mantienen sus conversaciones: sencillo, tosco, de madera ... me acordé del banco de Loiba. Ambos comparten sencillez y grandiosidad.

Para una persona que aprecia su tierra, la disfruta y la ama como yo, nada me gustaría más que los bancos de Zimbawe sucediesen al de Loiba como el mejor banco del mundo en este año 2017.