domingo, 11 de marzo de 2012

El franco, la peseta, el euro y la emigración

Hace poco ví la película “Un franco, 14 pesetas”. Relata las peripecias de dos amigos que en la década de los 60 se ven obligados a emigrar a Suiza. Los datos demográficos apuntan a que estamos viviendo una nueva etapa de éxodo laboral en el que muchos compatriotas se ven forzados a emigrar ya que el futuro laboral en España con 5 millones de parados (y subiendo) es muy negro.

De hecho un estudio publicado por Adecco recientemente, y que se basa en el censo electoral de residentes en el extranjero, apunta que el número de españoles residentes en el extranjero ha aumentado más de un 25% desde comienzos de 2008, es decir, desde que esta crisis ha comenzado a mostrar su rostro más feroz en forma de paro.

50 años después muchas familias ven como sus jóvenes se ven obligados a emigrar para labrarse un futuro. Pero… ya no estamos en la época del franco (que entonces valía 14 pesetas) sino en la del euro. Y las diferencias son notables. Si en los años 60 emigraban jóvenes sin gran formación, la realidad ahora es muy distinta. Según informa Adecco, el perfil del demandante de empleo en el extranjero es un joven de entre 25 y 35 años (muchos de nuestros padres y abuelos emigraban entre los 16 y 25 años), altamente cualificado y sin cargas familiares.

La cualificación ha cambiado algo durante la crisis, en cuanto a las áreas de especialización, pero no en cuanto al nivel formativo. Los que emigran en su inmensa mayoría son licenciados universitarios y en muchos casos cuentan con estudios de postgrado o doctorado. Ahora bien, antes de la crisis los puestos que más cubrían los españoles en el extranjero estaban relacionados con la investigación, la medicina y la biología. Desde 2008 el perfil ha rotado hacia disciplinas técnicas como ingenieros, arquitectos o informáticos, que en muchos casos, han perdido su empleo, llevan tiempo sin encontrar trabajo o piensan que su valía será más reconocida fuera de España. Un perfil que responde a lo que los sociólogos denominan “emigración selectiva” o, más coloquialmente “fuga de cerebros”. Y de ello hablan hoy varios articulistas en ABC.

En cuanto a las aspiraciones de los que salen, son también muy diferentes a las de los emigrantes de los 60. Son jóvenes cuyas prioridades laborales son la responsabilidad en su puesto, la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera. Además en el caso de las mujeres, valoran mucho el buen ambiente laboral y la flexibilidad de horarios. No debemos olvidar que los prolongadísimos horarios españoles hacen que la conciliación laboral sea una tarea prácticamente imposible. (¡y luego nos extraña que la población envejezca!)

Por lo que respecta a los destinos, hay grandes similitudes con el pasado. En primer lugar, los países europeos más desarrollados, seguidos de América Latina, especialmente Brasil, en respuesta al rápido desarrollo que están experimentando. Pero aparecen lugares nuevos, como los países emergentes de la Europa del Este que precisan técnicos que dirijan la construcción de sus infraestructuras.

Esta sangría de cerebros amenaza, como ya hemos dicho en anteriores artículos, con descapitalizar el país al perder el potencial de profesionales que pueden aportar el conocimiento, el entusiasmo y la experiencia que tanto necesita nuestra economía para retomar la senda de crecimiento.

Y ante esta situación ¿qué respuestas estamos encontrando? A tenor de lo que vemos todos los días en el telediario y otros programas en los que se elogian las bondades de la emigración al extranjero, parece que se alienta vivamente este éxodo al más puro estilo de “Vente a Alemania, Pepe”. Una tasa de paro juvenil superior al 40% es, además de costosa para las arcas familiares y públicas, y frustrante para los jóvenes; sonrojante para nuestros mandatarios. Quizá por eso quizá les animen a irse. Ya dice el refrán “muerto el perro….”. Lo que pasa es que matar este perro supone un lastre muy gordo para el sostenimiento futuro del país.

Ante esta actitud, tenemos la del hiperactivo Sarkozy. Francia también tiene un problema de paro juvenil que afecta al 22% (la mitad que en España) de los jóvenes entre 16 y 25 años. Pero allí, en lugar de animar a “emigrar” a los jóvenes valiosos, tratan de aprovechar toda esta savia nueva, tanto de jóvenes con alta cualificación como los de formación más escasa. Las medidas propuestas son muy variadas. Algunas son incentivos a la contratación como la creación de contratos “cero cargas” para las empresas pequeñas que hagan contratos de prácticas a jóvenes, o instaurar un salario mínimo, inferior al general, para jóvenes sin cualificación, ni experiencia. Otras medidas inciden en el sistema educativo: generalización de prácticas de verano en empresas para los estudiantes desde el instituto, una asignatura en los colegios para la preparación a la vida laboral, creación de centros de “segunda oportunidad” para los jóvenes con fracaso escolar que quieren retomar sus estudios, etc. Por último, hay medidas son de índole más variada: creación de centros de formación en las empresas o la creación de un ministerio dedicado al empleo de los jóvenes. Veremos si tienen éxito (la forma de implantación es clave) pero, en cualquier caso, parece un enfoque más acertado que el que hemos visto hasta ahora en España.

De todas ellas hay una que me ha parecido curiosa. Resulta que la tradicionalmente centralista Francia, va a dar un subsidio de ayuda a la vivienda para los menores que acepten su primer empleo en regiones alejadas de las grandes ciudades, incentivando así la instalación de empresas por toda la geografía del país. Igualito que aquí donde, después de tanto proceso autonómico, parece que toda la capacidad de decisión económica se concentra en una única ciudad. Situación que se antoja difícil de entender en una economía globalizada.

Alguien debería animar a nuestros dirigentes a buscar soluciones más imaginativas, porque… ya no estamos en los tiempos en que un Franco valía 14 pesetas. Ahora ya no hay pesetas, las hemos cambiado por euros a razón de 1€ 166,386 pesetas. Y… la sociedad española ha cambiado al menos tanto como su moneda.

sábado, 10 de marzo de 2012

Harold Laski

Creo que no es la primera vez que les hablo de un pequeño libro que recopila artículos escritos en 1929 y 1930  por Harold Laski. El libro que recopila estos artículos, se titula "Los peligros de la obediencia" y, como les decía es de pequeño tamaño, pero requiere concentración. Aunque no comparto todo el contenido ni los planteamientos del libro, sí disfruto de su lectura.  Se trata de una lectura estimulante, no apta para gentes a las que el propio Laski describe como "apenas lee y, cuando lo hace, busca antes adormecer su mente que enriquecerla".

El libro es abundante en frases muy certeras que, pese a ser escritas hace 80 años siguen de plena actualidad. En estos tiempos es común oir conversaciones en las que los ciudadanos se quejan de la descomposición del estado y la desorientación de la sociedad. De esta cuestión me he acordado hoy leyendo una frase de Laski que les dejo. Tal vez les inspire algunos pensamientos que quieran compartir. Dice así: "Ningún Estado tiene cimientos más seguros que las conciencias de sus ciudadanos, y ningún Estado tendrá mejor salvaguarda contra el error que el respeto a esas conciencias"

Buen fin de semana

viernes, 9 de marzo de 2012

El arte de presentar

Hoy he tenido la suerte de asistir a una conferencia de Gonzalo Alvarez Marañon sobre el arte de presentar. Les hablare sobre ella con mas detenimiento en otra ocasión. Hoy simplemente les dejo una frase "para aprender a hablar en publico lo primero es aprender a escuchar en publico"

Otro día mas

martes, 6 de marzo de 2012

Autonomías, ajuste del déficit, inflación y... sonrisas

El viernes pasado Mariano Rajoy sorprendió a propios y extraños al anunciar que el objetivo de déficit para 2012 se revisaba al alza pasando del 4,4% inicialmente previsto al 5,8%. Algunos han alabado el gesto porque, según dicen, demuestra que se gobierna en España y no en Bruselas. Pero, las alabanzas derivan, fundamentalmente del ejercicio de realismo que supone la medida. El objetivo del 4,4% parecía del todo punto inalcanzable y empecinarse en su cumplimiento podría llevarnos a una espiral de corte griego que, además del incumplimiento, llevase aparejado un estrangulamiento de la economía. Espaciar el ajuste permitirá, junto con la liquidez ofrecida por el BCE dar un respiro a la maltrecha economía patria. Pero... que nadie se engañe. Incluso con la rebaja, el ajuste se eleva a 37.000 millones de euros, tras la revisión al alza efectuada por el ministro De Guindos tras el fin de semana. A mí las cifras con tantos ceros me resultan difíciles de entender, por lo que me gusta ponerlas en perspectiva. Y... según los datos ofrecidos por el Consejo de Ministros el pasado viernes, este ajuste equivaldría a aproximadamente 2/3 del gasto disponible de todos los ministerios.

Claro que, si queremos recuperar la confianza en el país, cosa absolutamente necesaria, será preciso cumplir con las metas que nos hemos autoimpuesto. Por eso resulta preocupante la senda iniciada por algunas autonomías, pidiendo también una ralentización en el cumplimiento de sus compromisos. El razonamiento es claro. Si el Estado puede beneficiarse de una rebaja ¿por qué no nosotros?

Y... hablando de la liquidez del BCE una cuestión que surgió hoy escuchando una conferencia. En los últimos dos meses y medio el BCE ha introducido en el sistema bancario europeo algo así como 1 billón de euros, que, para entendernos, equivale al PIB anual de España. Esta liquidez no ha llegado aún a las familias y pymes que ven aún restringido el crédito. Pero, lo cierto es que hay más dinero en el sistema. Y cuando el dinero abunda existen riesgos de que se produzca una situación inflacionaria. Ojo pues, no sea que ahora que nos dicen que tenemos que esforzarnos y ahorrar, y, todo indica que el país (no así las administraciones públicas) ha comenzado la senda del desapalancamiento, nos encontremos con que el dinero que hemos mantenido en liquidez pierda valor de forma muy importante.

Y... por poner un punto positivo. Chapeau por la nueva campaña de tráfico. Recurrir al humor para ridiculizar situaciones peligrosas en las que nos reconocemos casi todos, puede ser tanto o más efectivo que recurrir a las imágenes cruentas... y... desde luego resulta mucho más agradable.

jueves, 1 de marzo de 2012

Salutación del Optimista

Algunos de ustedes me han recordado que hace mucho que no escribo en el blog. Lo sé. Estoy en una especie de "sequía redactora" que acompaña a la pertinaz sequía climatológica que nos acompaña estos días. Sequía en parte motivada por mi interés en aportarles aspectos algo esperanzadores en el medio de esta difícil situación. No quisiera recrearme, como hacen muchos medios de comunicación, en la deteriorada situación económica. Deterioro que, a mi modo de ver, es tanto o más importante en el plano moral que en el económico.  Como dice un amigo mío, todo esto sucede porque mucha gente con muy pocos escrúpulos se dedicó a hacer golferías.  Pero, insisto, no quiero regodearme en las golferías de propios y extraños, aristócratas y plebeyos, ricos y pobres, políticos y no políticos, gentes de un partido, del otro y de los contrarios, etc.

Por eso les remito estos versos de "Cantos de vida y esperanza" de Rubén Darío que un colega me envió hoy. Son versos tomados de la "Salutación del Optimista". Espero que les gusten

“Abominad la boca que predice desgracias eternas,


abominad los ojos que ven sólo zodiacos funestos,

abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres,

o que la tea empuñan o la daga suicida”.