miércoles, 7 de abril de 2010

Maruja Mallo, una curranta


Estos días de Semana Santa aproveché para visitar la capital de España. Intenté acercarme a la exposición de los impresionistas que ofrece la Fundación Mapfre, pero las colas inmensas me hicieron desistir de tal propósito. Seguí con el intento de visitar la exposición "Monet y la abstracción". Esta se ofrece dividida en dos sedes. Una en el Museo Thyssen, la otra en la Fundación Cajamdrid. En la primera, y pese al religioso pago de 8€, la cola era tremenda. En la otra, en cambio, la entrada no tenía problema alguno, pese a que era gratis. Cuando puedo visito las exposiciones que organizan ambas fundaciones y siempre se repite el mismo esquema: colas tremendas en el Thyssen (pese a que no es gratis) y entrada inmediata en Cajamadrid, pese a ser gratis. No entiendo nunca esto, pero me imagino que tendrá que ver con el marketing y l a imagen de marca de los museos, que también en este mundo aplican estos conceptos tan empresariales


Les diré que las interpretacioes d eMonet y otros admiradores del jardín de Giverny, no me dejaron indiferente.


Con todo, culturalmente, donde más disfruté este fin de semana fue en una exposición, también gratis, en el Museo de Bellas Artes, dedicada a la pintora lucense Maruja Mallo. Siempre me gustaron sus cuadros de la primera etapa llenos de colores y sus naturalezas vivas (sólo el nombre es ya muy elocuente) de su época más avanzada. También me han atraido sus fotografías, siempre tan extravagantes, especialmente esas llenas de algas que la cubren cual un manto, tomadas en la playas de Chile. Conocía parte de su obra.


Ahora bien, lo que no sabía era la meticulosidad con la que preparaba sus obras. En la exposición, aparte de cuadros de todas las épocas (las verbenas, de inspiración muralista, bases para cerámicas, naturalezas vivas, retratos de indígenas americanos... etc) había bastantes dibujos preparatorios. En ellos se ve la minuciosidad con la que esta amante de la forma a toda costa, cercana al constructivismo y el racionalismo,preparaba sus cuadros. La geometría, la búsqueda de las proporciones y del orden numérico y geométirco que rige en toda estructura, eran una preocupación constante y por eso dediaba tantos esfuerzos previos a preparar una obra que buscaba formas perfectas y que encerrasen la geometría que rige el universo. Son de una rigurosidad cuasi franciscana.


En la última etapa de su vida se dedico a la búsqueda de la geometría en el espacio, en lo que ella llamaba la quinta dimensión. También resulta muy interesante, para conocer su obra y personalidad, el documental que se emite en un sala adjunta. En ella, algunas declaraciones de Maruja Mallo que me impresionaron. A su regreso a España en 1961 dijo "Mis amigos están enterrados o desterrados".


Una exposición que, desde luego, merece la pena.
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