sábado, 10 de abril de 2010

She economy


Perdonen el anglicismo pero, a veces, casi siempre, la lengua de Shakespeare resulta muy sintética y útil para expresar un concepto. En este caso se trata de recoger el importante y creciente peso de la mujer en la economía mundial
En fechas recientes han llegado a mí varios estudios y publicaciones: The Economist, Newsweek, Accenture, Goldman Sachs, The Boston Consulting Group... Todos ellos inciden en un punto, que Newsweek resumen de este modo "El crecimiento de ingresos de las mujeres representa el mayor mercado emergente ne l ahistoria del planeta: más del doble del tamaño de China e India juntas". Hoy somos 1.000 millones de trabajadoras en el mundo y en cinco años seremos 1.200. Generamos salarios por valor de 12 billones de dólares y en cinco años crecerá hasta 18 billones. Por último otra cifra: hoy controlamos 20 billones de dólares de gasto y en cinco años, serán 28. Como ven, se espera un fuerte crecimiento, tanto que algunos como Newsweek creen que la economía femenina (ingresos, empleos y gasto generado por mujeres) será el elemento clave para la salida de la recesión.

El trabajo, la educación y la ambición han llevado a las mujeres a contar con independencia financiera (independientemente de su estado civil), patrimonio (bien generado por ellas o heredada), riqueza (en el RU en la franja de 18-44 años hay ya más millonarias que millonarios) e influencia. También nos ha llevado a aumentar el número de roles que desempeñamos (familia, hijos, hogar, finanzas domésticas y trabajo) lo cual nos lleva, por lo general, a conjugar prioridades que se contradicen, a salvar retazos de tiempo (y aprovecharlos) y a disponer de poco tiempo para nosotras mismas.

No me gustan por lo general las discriminaciones (ni siquiera las positivas) pero he seguido indagando en los estudios que me han llegado. Dicen que, pese a existir una enorme oportunidad de negocio, las empresas en general no están bien preparadas para aprovechar esta oportunidad. Parece ser que lo que las mujeres somos exigentes con los productos y servicios. Si nosotras somos multifunción, queremos que lo que adquirimos también lo sea. Si el tiempo es una de nuestras preocupaciones, queremos cosas que nos ayuden a ahorrar tiempo. Y... además queremos que las empresas hablen nuestro idioma. A cambio de estas exigencias, somos por lo general, clientes más fieles y activos. Solemos hacer más planes a largo plazo y... tenemos mayor tasa de éxito en las empresas que creamos. Además solemos comentar información sobre nuestros productos favoritos de forma más activa.
Tenemos pues, un mercado grande, creciente, con clientes exigentes pero agradecidos y fieles. Esto en parte tiene que ver con la rigurosidad y método con el que analizamos las decisiones (mi amiga Mónica acude a mi cabeza en este momento) que solemos tomar de forma más objetiva y racional que los hombres. Pensaríamos que todas las empresas se lanzarían como locas a este mercado. Algunas ya lo han hecho, pero no son la mayoría. En muchos casos se debe a que no son capaces de entender la forma en cómo compramos las mujeres. Por eso no resulta extraño que la última edición del foro "Rethink the basis of Communication" se centrase en las mujeres. Parece que se han percatado de que para alcanzar el 51% del mercado que realiza el 80% de las compras hay que aprender a conectarse con la mujer, comunicarse con su lenguaje, y, lo que es muy importante, reelaborar todas las estrategias. No se trata que me pinten de rosa un producto, se trata de que cuando compro un coche, en lugar de que me reciten de memoria unas complejas especificaciones técnicas, me hablen de cosas que me preocupan: capacidad, seguridad para niños, longitud (aparcar en las ciudades es un problema), etc.

Como mujer, creo que debemos estar satisfechas. Si las empresas se toman la molestia de pensar en nosotras, nuestras necesidades, gustos y forma de comunicarnos, probablemente nos resulte más fácil encontrar lo que necesitamos. Y.... si son Vds. señoras, la próxima vez que realicen una adquisición haganlo pensando en que representan al segmento más importante de comienzos del SXXI y, Vds., caballeros, la próxima vez que atiendan a una Sra. piensen que están atendiendo a su mejor segmento de clientes.


Buenas noches

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