jueves, 5 de noviembre de 2009

Caída exponencial

¿Recuerdan a Malthus? Ese filósofo que predijo que el crecimiento de la población mundial sobrepasaría a los alimentos disponibles en... 1798. Afortunadamente no ha sido así. La caída en las tasas de natalidad, fundamentalmente en Europa y el progreso que la industrialización trajo consigo dieron al traste con las prediccciones del Sr. Malthus.

La caída de la tasa de fertilidad es enorme en todo el mundo, y, además en los últimos tiempos se produce de forma acelerada. Si pasar de una tasa de 5 hijos por mujer a 2 llevó unos 130 años (de 1800 a 1930) en el Reino Unido, el paso ha sido mucho más rápido en el caso de Corea del Sur: 20 años (de 1965 a 1985) según informa The Economist. En Irán en 22 años (1984 a 2006) la caída fue aún más dramática (de 6 a 1,9). Y eso, a pesar de los esfuerzos del régimen clerical de los mullahs que abolieron toda política de planificación familiar, al ver en el crecimiento del número de nacidos en el régimen una forma de hacer crecer sus partidarios. Parece que los problemas de envejecimiento de la población a los que se enfrenta ahora Europa pronto se extenderán a otros países del mundo. Sólo los latinos parecen salvarse por el momento de tasas anormalmente bajas.

Las cifras asustan por la vertiginosa velocidad a la que se producen los cambios. Lo cierto es que conforme crece la tasa de educación femenina, por lo general, decrece la tasa de natalidad, según el semanario. Decrece, pero...hasta un punto. Luego comienza a ascender de nuevo. Así sucede en España y en otros países del norte de Europa, según las últimas informaciones. Y eso es bueno. Aparte de los deseos más personales de los padres y otras cuestiones de índole privada, es bueno para el conjunto del país. De hecho, las estimaciones realizadas por profesores de Harvard, dicen que 1/3 del incremento de riqueza de las economías asiáticas en el período 1965-1990 se deben a la demografía.

Por eso es tan importante acompasar las políticas sociales a los cambios producidos en los estilos de vida de la ciudadanía. Ayudas a madres (y padres) que les permitan conciliar sus múltiples vertientes como padres, educadores, profesionales, son absolutamente necesarias. Igualmente lo es que las administraciones adopten medidas que faciliten la realización de trámites ampliando horarios y ayudas, especialmente en situaciones de especial dificultad (niños con problemas de aprendizaje, discapacidades, etc.). Hoy en día resulta difícil conciliar en circunstancias normales. Cuando se producen estas situaciones que precisan especial atención la conciliación resulta casi imposible y el coste se dispara. Por último, los funcionarios deberían agilizar los trámites en caso de adopción. Hoy en día los procesos se eternizan y no siempre, la causa está en el país donante.
Los controles están bien. Pero me resulta inconcebible que se pongan tantas trabas, que se trate con tanta desidia el problema de familias que están deseosas de adoptar y de niños que están deseando poder acceder a mejores condiciones de vida.
Pero bueno, son sólo algunas ideas.


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