viernes, 2 de julio de 2010

La belleza de los maniquís


Ayer fue el primer día de rebajas, al menos aqui en la ciudad donde vivo. Al terminar mi jornada laboral sali a cumplir con el ritual y recorrí algunas tiendas. En una de ellas me encontré con una de mis buenas amigas (las ciudades pequeñas, es lo que tienen, uno se encuentra con los amigos en cualquier parte). Esperé un rato mientras ella se probaba algunos trajes para cumplir con el ritual ese de apoyo entre amigas que sirve de refuerzo a la hora de comprar. Ya saben "te queda estupendamente", "ese vestido es muy ponible"....

Bueno pues mientras estaba esperando a mi amiga me encontré mirando cara a cara a uno de los maniquíes que estaban en la tienda. La espera me hizo mirarlo con detenimiento. Una figura estupenda, rostro con facciones perfectas, armonía en las proporciones, un pelo sedoso. Incluso un vestido precioso. Esta descripción parece corresponder a un bellezón ¿no?. Sin embargo no es así. ¿Qué le falta a este maniquí para ser bello? Expresión, animación, vida! Un maniquí no expresa sentimientos, no tiene facciones que muestren sus emociones y por eso no resulta atractivo! Un maniquí es una muñeca y las muñecas no nos producen emociones (salvo cuando somos niños o recordamos nuestra niñez). Las emociones las producen las personas y lo interesante de la vida son las emociones.

Por eso no entiendo muy bien por qué razón muchas mujeres se empeñan en parecer muñequitas de porcelana a base de cirugía, botox y otros procedimientos artificiales. De hecho, como las muñecas, parecen hechas en serie. (A modo de anécdota ¿se han parado a pensar en lo parecidas que resultan últimamente la Princesa Dña. Letizia y Calista Flockhart?) Y como las muñecas resultan cada vez más inexpresivas, más artificiales, menos naturales, menos mujeres. Resulta en cierto modo irónico que precisamente aquellas mujeres que pretenden llevar a sus últimas consecuencias el ideal de belleza femenino, terminen en muchos casos, no sólo alejadas del ideal de belleza, sino perdiendo incluso rasgos de humanidad. Si pienso en el rostro de mi madre, veo arrugas, pero cada una de ellas es el recuerdo de haber vivido, de risas en momentos de felicidad, de lágrimas en algunas ocasiones, de enfado ante situaciones injustas o que, simplemente le desagradan, de preocupación por el desenalace incierto de algunos acontecimientos, en fin de VIVIR.

Aunque, para mi consuelo. la crisis puede tener un efecto beneficioso. Resulta que según las estimaciones, España que es el 4º país del mundo en el gasto en operaciones de estética, a las que aportamos, nada más y nada menos que el 8% del total. mundial Pues bien,las operaciones de cirugía estética en España alcanzaron en 2007 la cifra de 400.00. En 2008 se redujeron a 300.000 y en 2009 a 200.000. Ya saben, no hay mal que por bien no venga! Tendremos a nuestro alrededor rostros y cuerpos menos perfectos, pero... mucho más humanos!

Buen fin de semana

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánta razón tienes Ana, muchas hoy ya no pueden ni saben reir o sonreir, simplemente esbozan estúpidas muecas, tanto como sus cabezas que sólo sirven para llevar el pelo. Una pena¡¡
jf

Anónimo dijo...

Bueno, muchas y muchos! Las cifras de hombres que recurren a cirugía y cuestioens similares con finalidad estética crece exponencialmente