domingo, 13 de marzo de 2011

Educación ¿qué educación?

Estos días se habla mucho de competitividad e innovación. En ambos casos se insiste en la necesidad de mejorar la formación de los trabajadores actuales y futuros para lograr que sean competitivos en la escena mundial y que, de ese modo puedan acceder a empleos y ganarse adecuadamente la vida.

A menudo me pregunto si la formación por sí sola es suficiente y sobre todo qué tipo de educación tenemos que proporcionar para lograr ese objetivo. En este punto llega el artículo que publica hoy Paul Krugman en EL PAIS  y que bajo el título "Titulaciones y dólares" incide en que la educación por sí sola no es una panacea y  que"Ya no es cierto que tener una titulación universitaria le garantice a uno un buen trabajo, y se está volviendo menos cierto con cada década que pasa". Parece que muchas de las tareas que realizan las personas que tienen trabajos cualificados no manuales son parametrizables y por tanto susceptibles de ser trasladables a ordenadores o a trabajadores situados en países con menores costes.  Sin embargo, muchos trabajos manuales no son tan automatizables, por lo que tendrán más garantías de sobrevivir en este mundo en constante evolución y globalización. Irónicamente, mejor formación podría no ser sinónimo de mejores posibilidades de encontrar un trabajo. Les recomiendo la lectura del artículo.

Ya otros autores han tocado este aspecto de que los trabajos menos deslocalizables son muchas veces los menos cualificados . Creo recordar que  "la tierra es plana " (libro que les recomiendo ) de Thomas Friedman ya abordó esta cuestión hace años. Será difícil que a un señor que vive en Lugo (España) pueda cortarle el pelo un peluquero desde Vietnam, o que pueda sacar a pasear su perro un joven que reside en Mumbai. Sin embargo, la gestión del patrimonio de este señor de Lugo, bien puede hacerla un especialista que resida en  China.

Independientemente de que se produzca el fenómeno del que habla Krugman, sí es cierto que nuestra sociedad seguirá necesitando de profesionales cualificados. Y de que todos, como contribuyentes, como receptores de la educación, como receptores en el mercado de trabajo de las personas educadas por ese sistema, tenemos el máximo interés en que el dinero con el que la financiamos se use adecuadamente y en que la educación sea excelente.  Y a propósito de esta cuestión y la excelencia o no de nuestro sistema educativo, Paco me envía un artículo, también del EL  PAIS que les recomiendo y que pueden encontrar en este link.  Los autores defienden que nuestras universidades deben aceptar la prueba de ser comparadas con otros sistemas educativos y aceptar que los rankings, aunque no perfectos, son importantes. La competición, mal que nos pueda pesar, existe en todos los órdenes, no sólo en las disciplinas deportivas. Y... me atrevería a decir que donde más fuerte resulta la competición es precisamente fuera de los recintos deportivos.  Puede que no nos guste, pero, así es la realidad!

Que tengan un buen domingo!

No hay comentarios: