domingo, 20 de febrero de 2011

Benefactancia

Probablemente crean que me he confundido al escribir la palabra que da título a este post. Pero no, este palabro no es fruto de un error ni una invención mía. El palabro y yo hemos sido presentados a través de un artículo de Plácido Fajardo publicado este fin de semana en Expansión quien, según confiesa, también se encontró con la palabreja por casualidad leyendo un libro de Steven Pinker titulado  "Cómo funciona la mente".

Por lo que cuenta Fajardo, el Sr. Pinker justifica por qué razón en nuestro modo de charlar nos presentamos siempre con el mejor perfil. (Yo habría pensado que era por hacer la vida más fácil a los demas, o porque somos animales sociales que necesitamos que los demás nos aprecien para vivir). Pues resulta que yo estaba equivocada. parece que tenemos tres rasgos básicos: conservadurismo o aversión al cambio; egocentrismo o eso de sobrevalorarnos para bien; y benefactancia o nuestra creencia de que somos causantes (efectividad o efecto) de efectos buenos, y rara vez de aquellos que son malos. Así visto, no parece un dechado de virtudes.

Parece ser que, según los psicólogos sociales entendidos en la materia, la memoria no es fiel, sino que reconstruimos todo el pasado al servicio de nuestro propio engrandecimiento. ufff

No discuto yo la opinión de psicólogos sociales y científicos, pero, en mi visión ajena al mundo científico tendería a pensar que quizá la benefactancia sea a fin de cuentas un mecanismo de protección y supervivencia.  De lo contrario, seria difícil en algunos casos afrontar la carga de las consecuencias de nuestras acciones ( y, sobre todo de las omisiones, a mi juicio las grandes olvidadas). A la postre, no será la benefactancia un "efecto"(o derivada, llámenlo como quieran)de esa capacidad que tiene nuestra mente para olvidar los recuerdos negativos ?

No lo sé. Dejo ya mis reflexiones. Y... doy las gracias a Plácido Fajardo por hacer que pensemos sobre cuestiones nuevas.

Que comiencen bien la semana!

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