lunes, 30 de agosto de 2010

Impuestos europeos

El viernes estuve comiendo con mi amigo Paco. Paco es un estudioso de la Unión Europea que investiga acerca de la existencia de una, no sé cómo llamarlo, conciencia o identidad europea. Hemos hablado de eso en otras ocasiones en este foro, aunque, he de reconocerlo desde una perspectiva mucho más amateur.

Parece que en sus investigaciones ( que abarcan desde el periodismo a la política y la sociología) Paco va descubriendo que sí, que sí que existe una cierta conciencia o identidad europea (otra cosa es si resulta suficientemente fuerte o no). Quizá lo más gracioso (aunque no extraño) es que la conciencia y el sentimiento europeísta resulta más fuerte entre... aquellos cuyo trabajo está ligado a las instituciones europeas!!!

En general el sentimiento europeísta, por lo que me dice Paco no es excesivamente fuerte. Me pregunto si los mandamases de Bruselas están al corriente de los trabajos de mi amigo Paco. ¿Qué por qué me pregunto tal cosa? Pues, resulta que leyendo los resúmenes de prensa atrasados del mes de agosto me encuentro con que la Comisión Europea prepara una propuesta para un gravamen directo sobre los ciudadanos para financiar la Unión Europea.

Seguro que tener un impuesto común refuerza el sentimiento común en la Unión. No tengo tan claro si reforzará el sentimiento europeísta. Hasta ahora, todos en general Europa se configuraba para muchos como un ente bueno que reparte fondos estructurales, construye paseos marítimos, rutas de senderimos o da becas para estudiar en otros países. Aunque su presupuesto se financia en última instancia con los impuestos de sus ciudadanos, como no teníamos "un IRPF europeo", parecía que a nosotros en concreto, no nos costaba dinero.  Por eso no tengo muy claro si el impuesto directo será una buena idea para los jefazos europeos. Si nos tocan mucho el bolsillo podemos empezar a preguntarnos si son necesarios tantos parlamentarios europeos con su pléyade de asesores, secretarios, traductores, etc. Podemos preguntarnos si es estrictamente necesario que los parlamentarios tengan privilegios y pensiones de por vida. Podemos preguntarnos si son necesarias tantas lenguas oficiales, si son precisos tantos organismos: Consejo, Comisión, Comité económico y social europeo, Comité de las Regiones, Eurostat, Supervisor Europeo de Protección de Datos, agencias europeas, etc.

Claro que el impuesto puede traer consecuencias positivas (ya saben que me gusta ver el lado bueno de las cosas). Si empezamos a ser conscientes del dinero que nos cuestan (al menos de forma más directa) puede ser que empecemos a exigir de verdad responsabilidades a nuestros representantes. Si fuese así, seguro que la identidad europea avanzaba notablemente.

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