Hoy, la actualidad se centra en Copenhague y Oslo. La primera, por ser la sede de la cumbre mundial en la que se afronta el cambio climático. No soy una fan de estas cumbres pero espero de todo corazón de que de ésta salgan compromisos firmes. Los compromisos son necesarios para reducir toda la incertidumbre que rodea a las cuestiones del cambio climático. Y la incertidumbre, es mala psicológicamente pues siembra dudas, genera recelos e inhibe las inversiones. No obstante creo que aqui el problema no es tanto de filosofía, como de dinero. ¿Quién paga el sobrecoste de las energías renovables? generalmente Vd. y yo querido contribuyente.
Por eso, me da la impresión que el problema vendrá no durante la cumbre, sino el día después. Es necesario que cada uno de los países implante los compromisos adquiridos y que lo haga de una forma más eficaz de lo que lo han hecho hastqa ahora. Y quizá sea ahora o nunca. No podemos permitirnos el lujo de seguir firmando acuerdos que luego se quedan en papel mojado y de cuya implantación no se preocupa nadie. Esperemos que los gobernantes tengan el coraje y empeño necesarios para llevarlos a cabo y que los votantes sepamos ser coherentes y asumir los costes, cambios en formas de vida, limitación del consumo, etc. que la "filosofía verde" implica.
En Oslo, Obama ha recibido el premio Nobel de la Paz. Parece quizá una contradicción que reciba el Nobel de la Paz la misma persona que esta semana ha anunciado el envío de 30.000 soldados adicionales a la guerra en Afghanistan.
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