domingo, 16 de agosto de 2009

Los santos inocentes

El jueves por la noche mientras escuchaba la radio tuve que mirarr el calendario ¿sería 28 de diciembre? Los calores estivales (por fin llegan también a Galicia!) me devolvieron a la realidad. Estábamos en agosto y no en diciembre. Lo cierto es que la noticia que daba la radio parecía más propio de esas fechas.

Resulta que la SGAE, no toma vacaciones y lleva su celo protector a cualquier rincón de la geografía y ahora se ha ocupado de dos obras cumbres de nuestra literatura: El alcalde de Zalamea y Fuenteovejuna. Los habitantes de estos pueblos representan estas obras y allí se ha plantado la SGAE. Sorprende, no sólo porque los autores de tales obras llevan varios siglos durmiendo el sueño de los justos (y de los sabios diría yo) sino porque parece que los autores de las versiones que se representan han cedido sus derechos al pueblo. Podría pensarse que estamos ante una nueva forma de despotismo ilustrado: todo para el autor (de la SGAE se entiende) pero sin el autor.

Me parece bien que se protejan los derechos de los autores (que además del amor al arte necesitan otros elementos más sólidos y materiales para su subsistencia) pero da la impresión de que en este caso han ido demasiado lejos. ¿Será simplemente una boutade agosteña para recordarnos su existencia y que aprovechando la sequía informativa del estío se asegura las primeras páginas? No lo sé.

Yo de todo esto saco alguna consecuencia práctica:
1. si la SGAE se ha tomado la molestia, es que las representaciones de Zalamea y Fuenteovejuna tienen cierto relieve. Enhorabuena a los actores, director, gente de atrezzo, organizadores y demás
2. Si la SGAE llega ya al siglo de Oro, cuando queramos cantar, tendremos que remontarnos a obras anteriores. ¿qué tal las cantigas de amigo de Martín Codax? O puestos ya en faena, quizá mejor las de maldizer que, generalmente son anónimas y, cuya temática, en ocasiones os deja con mejor cuerpo

Y pensándolo bien, el título de este post coincide con el de una magnífica novela llevada luego al cine con idéntico título. Espero no vulnerar con él ningún tipo de derechos de autor!

Buen día de S. Roque!

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